sábado, 3 de agosto de 2013

¿cuántos muertos conoces?






¿Cuántos muertos conoces?

Era tan viejo como la noche. No fue siempre así. Surgió de las experiencias, no sabio, tan solo herido, herido de muerte. Viviendo se consumió y llegó a formar parte del silencio y de la oscuridad, fundiéndose con la noche y con los que en ella habitan.- ¿Era un presentimiento? ¿Cómo contar un presentimiento?

No lo sabía. Siguió duchándose y se apresuró a no llegar tarde. Salir de viaje, no pillar tráfico, las caravanas eran interminables y había pocos días para disfrutar.

El coche, un dos caballos de no muy buena presencia, era el medio de transporte para recorrer trescientos kilómetros. No llevaban una hora de camino cuando un poco más adelante, en el otro lado de la carretera, avistaron tres coches volcados. La gente detenía los vehículos para pedir ayuda y transportar a los heridos. Se bajaron del coche pero no transportaron a nadie. Él se quedó en esa cuneta con el herido entre los brazos, lo sujetó toda la vida. El herido sólo le hizo una pregunta, ¿cuántos muertos conoces?
                                                                          
¿Qué hora era?, no podía ver el reloj, la posición en la que se encontraba se lo impedía. La imagen se repetía, ¿cuándo ha ocurrido?, no se acordaba, no oía nada, llevaban mucho rato o por el contrario, acababa de suceder. El herido le seguía mirando, decidió detener el tiempo, lo abrazó y comenzó a contar.


Rebeca Barrón


Ternura

Circunscribes el instante
consciente de la pérdida que supone el equilibrio establecido.
Con miedo al quebranto, consigues retener la bondad.
Apenas unos grados de aproximación conforman
la ecuación perfecta de la palabra, ternura.


                                                       Para Eva
bequi.