martes, 17 de septiembre de 2013






Pausa

Algún día cuando despierte,
contaré los pasos que he perdido
al seguirte.
Más tarde,
dibujaré las sombras que me dejaste.
Y al final
te explicaré, que amar
no es una palabra.

bequi





Presencia 

Espero al jinete.
Smigol habita
en la quietud de la tarde.
La lanza sangra
y la guadaña siembra su cosecha.
Quisiera  provocar,
pero hoy los adjetivos que me nacen
no dan paso a la cordura,

por eso, no sigo escribiendo.

bequi

El Lazo


-                                                                                                                                                               



                                                                                                                                    

                                                                                                                                     El lazo

Acariciaba el reloj con el dedo pulgar. No respondía a ninguna pregunta. Hay puentes demasiado elevados sobre ríos demasiado anchos y profundos, pensaba Marcos.

-      (D) La víctima es víctima desde su nacimiento.
-      (M) Quiero pensar que no.
-   (D) Marcos, tu siempre tan romántico. Los que nacen jodidos, viven jodidos y mueren de la misma forma.
-      (M) Y los polis estamos …
- (D) Para poco, la verdad. Cogemos a los malos, calmamos conciencias, pero rara vez el castigo es justo. Si se nos escapan, alimentamos la ira, mala aliada. Si nos tomamos la justicia por nuestra mano, se nos da caza, mal asunto. En fin, tú me dirás.
-      (M) Mirado de esta manera, nuestro papel parece inútil.
-  (D) No, no del todo, somos los buenos y como poco, creamos confusión.
-      (M) Ja, ja…eres perverso, Daniel. Entremos, hay que seguir.

Huellas, balística, psicólogos…nada sirve; cuando la razón se tambalea, la frustración maneja los sentidos. El tiempo y los silencios son tan necesarios como molestos. El sujeto es acorralado, en un segundo todo acaba y en el mismo instante todo comienza.

-      (D) ¿Conocía usted a la víctima?
-      (S) No
-      (M) La eligió, sin más…
-      (S) Sí.
-      (M) ¿Entonces? ¿Por qué ella?
-      (S) Da igual quien sea.
-      (D) ¿Se cree Dios?
-      (S) Dios es más duro que yo, créanme.

Tantas veces como  niegues  tu culpa, intentaré vencerte. El castigo no remedia la silenciosa herida. Repliega  las voluntades. Contaminan las miradas, la vida duele cada mañana, aunque no nos percatemos. Merman  las posibilidades y el acontecimiento ya no es el objetivo.

(D) ¿Me excedí?
(M) ¿Por el puñetazo? No, se lo merece.
(D) ¡Pues no se cree Dios! me ofende.
(M) A mi me ofende el asesinato, Daniel. Matan y todos morimos un poco, algo desaparece y algo se instala y se pega a la espalda, con un peso incómodo difícil de llevar, de ahí la tensión en la nuca, nos convertimos en objetivos en potencia. Le puede pasar a cualquiera.
(D) ¡Tu jodido azar!
(M) No voy a discutir, el asesino es él. Tenemos que volver.

Daniel y Marcos volvieron a entrar en la sala. El sujeto  miraba correcta y amablemente, hecho que aún desesperaba más a Daniel. Era como hablar al aliento, no parecía haber nadie en frente de ellos. Estaban acostumbrados a los interrogatorios, pero esta vez era diferente.

-      (D)  Díganos ¿cómo empezó? 
-      (S) ¿A matar?
- (D) Sí, ¿por qué no? Así quizás y solo digo quizás, podamos entenderle.
-      (S) ¿Mejora la situación si me entienden?
-      (D) No.
-     (S) Eso me parecía. Bien. Salí a correr, ya saben, para mantenerme en forma. Al cabo de un rato me percaté que mi alma corría más lenta que mi cuerpo. Me paré y la esperé, me gritó ¡basta! ya no puedo más. Entonces vi como chapoteaba rabiosa en mis lágrimas, estaba enfurecida y yo en peligro. Simplemente se tornó negra y  obedecí.

-      (D) ¿Nos está tomando el pelo?
-      (S) No.
-      (D) ¿Tú le escuchas, Marcos?
-      (M) Y ahora obedece y mata. ¿Por qué les pone un lazo en la muñeca a las víctimas?
-  (S) Para diferenciarlas de las víctimas que mueren por tropiezos terrenales, odio, fracasos…ya le dije que Dios era más duro que yo.
-      (M) Se equivoca, éste no es su estilo.

Marcos empezaba a sentirse exhausto. Las imágenes en el corcho vuelven la vida de un color indefinido. Cada chincheta sujeta una derrota, se confunden los latidos con la fe. Ahora queda encontrar la trastienda del corazón.

-      (M) Hemos encontrado los cuerpos, 5 para ser exactos. ¿hay más?
-      (S) Ese es su trabajo, no el mío.
-      (M) No se ajustan a un patrón…
-      (S)Todos se sientan en cuclillas y se apoyan en la pared ¿los ha visto alguna vez? Son los que  pierden nada más nacer.
-      (M) Y usted, los libera.
-      (S) Yo me adentro en el puente. ¿Usted qué hace?
-      (M) Protegerles de las alimañas.
-      (S) Cambie un suspiro y trastocará el mundo, aspire una sola lágrima y se le encharcarán los pulmones, ¡tiene que ser más fuerte que yo! entonces  me vencerá.
-      (M) ¿Por qué los humilla?
-  (S) La muerte es la muerte. Una vez muertos, no hay humillación posible, son ustedes los humillados cuando ven reflejada su incapacidad en los cuerpos. La noche perdurará y a las alimañas como yo, nos arrastrareis por inhóspitos parajes, cambiareis las señales para que no podemos llegar, aún así  el mal hará acto de presencia.
-    (M) ¡Cállese! ¡acabaré con usted!
- (S) No puede, ya ha aspirado demasiadas lágrimas, quizás su compañero Daniel, aunque aún no sepa cómo hacerlo.
-    (M) Puede apostar a que sí, no subestime la utilidad de los muertos. 


bequi

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