sábado, 28 de diciembre de 2013



            Porque  la oscuridad restaura lo que la luz no puede reparar.
                                                                                         Joseph Brodsky                        
                                                                                 
La mano sobre el hombro desata la ira. Atacas por sorpresa.
                                       No te he visto llegar.
La agonía se pone en funcionamiento.

Los patógenos se transmiten con un simple apretón de manos,
es más seguro besarse.

He paseado con Dios y con Satán, ambos
me han engañado a punta de pistola.
- Tienes tanto que ver en mi forma de ser… –
La incomprensión, aun instalada en el bien,
                                         muerde la vida,
¡No dudo!
En la sombra de la música hay pasos
y perturbaciones detrás de los hombres.
Poseo llanto para el resto de mis días, aunque no derramaré                                                           ninguna lágrima.

Confieso que existen pequeños destellos de amar la vida,
sin embargo, para el resto del tiempo
¿dónde me detengo?



bequi.

jueves, 19 de diciembre de 2013


Pobreza

Mira, la miseria tiene barcos de papel.
No dibujas la cara que culmina mi ser
acuestas la esperanza en la escena más íntima.
Correteando detrás de la sombra,
cada mañana desnudas el día
 para mandar en su color.
Sabes que bajo el agua, no veo mis pies.
El oscuro que lanzas al agua,  vuelve  a la orilla.
Expectante , acudo al sonido de las olas,

me diluyo.

bequi.

domingo, 8 de diciembre de 2013




Deja que te cuente
Si el presente no es real,

como el final no existe.

Si es ayer y futuro

el hoy que pasa, apenas

llega. Si nos perdemos,

tropiezo inevitable,

será para encontrarse.

Dormiré lentamente,

para poder a tiempo

despertar y ponerme

en la hilera de eterna

pesadilla... Si puedo,


pensaré en ti .

bequi.

martes, 3 de diciembre de 2013




Vinieron todos a verme
pero yo no conocía a nadie
y se quisieron quedar
pero no había preparado nada
y me hablaban de cosas que yo no sabía
y no conteste
insistieron en quedarse
pero yo ya estaba lejos

       No hay nanas que le canten al miedo

bequi.

miércoles, 27 de noviembre de 2013










Sin título

En la calle, la bala nace como cualquiera.
Cada  cierto tiempo, la violencia
parte con trenes cargados de  sospechosos.
Recuerda,
 vives de prestado,  nada te pertenece,
Muero antes que tú, pero eso poco importa.
La vida es tu invitada, obligado estás a ser cortés.
Ahora las bóvedas de cristal,
el suelo brillante y los reflejos de tu pelo,
los controlo yo.


bequi.

sábado, 23 de noviembre de 2013








Hoy escribo sobre los espejos que únicamente reflejan las espaldas,
sobre mecedoras que no comprenden su titubeo,
hablo de  las casas que eligen a sus dueños,
pienso en el agua de los lagos, que a pesar de su empeño nunca llegarán al mar,
increpo a las lluvias torrenciales, que no tiene tiempo de refrescar la tierra,
diálogo, discuto, converso…
y la conclusión siempre es la misma,
          Matar es un arte, morir no es sencillo

bequi

martes, 17 de septiembre de 2013






Pausa

Algún día cuando despierte,
contaré los pasos que he perdido
al seguirte.
Más tarde,
dibujaré las sombras que me dejaste.
Y al final
te explicaré, que amar
no es una palabra.

bequi





Presencia 

Espero al jinete.
Smigol habita
en la quietud de la tarde.
La lanza sangra
y la guadaña siembra su cosecha.
Quisiera  provocar,
pero hoy los adjetivos que me nacen
no dan paso a la cordura,

por eso, no sigo escribiendo.

bequi

El Lazo


-                                                                                                                                                               



                                                                                                                                    

                                                                                                                                     El lazo

Acariciaba el reloj con el dedo pulgar. No respondía a ninguna pregunta. Hay puentes demasiado elevados sobre ríos demasiado anchos y profundos, pensaba Marcos.

-      (D) La víctima es víctima desde su nacimiento.
-      (M) Quiero pensar que no.
-   (D) Marcos, tu siempre tan romántico. Los que nacen jodidos, viven jodidos y mueren de la misma forma.
-      (M) Y los polis estamos …
- (D) Para poco, la verdad. Cogemos a los malos, calmamos conciencias, pero rara vez el castigo es justo. Si se nos escapan, alimentamos la ira, mala aliada. Si nos tomamos la justicia por nuestra mano, se nos da caza, mal asunto. En fin, tú me dirás.
-      (M) Mirado de esta manera, nuestro papel parece inútil.
-  (D) No, no del todo, somos los buenos y como poco, creamos confusión.
-      (M) Ja, ja…eres perverso, Daniel. Entremos, hay que seguir.

Huellas, balística, psicólogos…nada sirve; cuando la razón se tambalea, la frustración maneja los sentidos. El tiempo y los silencios son tan necesarios como molestos. El sujeto es acorralado, en un segundo todo acaba y en el mismo instante todo comienza.

-      (D) ¿Conocía usted a la víctima?
-      (S) No
-      (M) La eligió, sin más…
-      (S) Sí.
-      (M) ¿Entonces? ¿Por qué ella?
-      (S) Da igual quien sea.
-      (D) ¿Se cree Dios?
-      (S) Dios es más duro que yo, créanme.

Tantas veces como  niegues  tu culpa, intentaré vencerte. El castigo no remedia la silenciosa herida. Repliega  las voluntades. Contaminan las miradas, la vida duele cada mañana, aunque no nos percatemos. Merman  las posibilidades y el acontecimiento ya no es el objetivo.

(D) ¿Me excedí?
(M) ¿Por el puñetazo? No, se lo merece.
(D) ¡Pues no se cree Dios! me ofende.
(M) A mi me ofende el asesinato, Daniel. Matan y todos morimos un poco, algo desaparece y algo se instala y se pega a la espalda, con un peso incómodo difícil de llevar, de ahí la tensión en la nuca, nos convertimos en objetivos en potencia. Le puede pasar a cualquiera.
(D) ¡Tu jodido azar!
(M) No voy a discutir, el asesino es él. Tenemos que volver.

Daniel y Marcos volvieron a entrar en la sala. El sujeto  miraba correcta y amablemente, hecho que aún desesperaba más a Daniel. Era como hablar al aliento, no parecía haber nadie en frente de ellos. Estaban acostumbrados a los interrogatorios, pero esta vez era diferente.

-      (D)  Díganos ¿cómo empezó? 
-      (S) ¿A matar?
- (D) Sí, ¿por qué no? Así quizás y solo digo quizás, podamos entenderle.
-      (S) ¿Mejora la situación si me entienden?
-      (D) No.
-     (S) Eso me parecía. Bien. Salí a correr, ya saben, para mantenerme en forma. Al cabo de un rato me percaté que mi alma corría más lenta que mi cuerpo. Me paré y la esperé, me gritó ¡basta! ya no puedo más. Entonces vi como chapoteaba rabiosa en mis lágrimas, estaba enfurecida y yo en peligro. Simplemente se tornó negra y  obedecí.

-      (D) ¿Nos está tomando el pelo?
-      (S) No.
-      (D) ¿Tú le escuchas, Marcos?
-      (M) Y ahora obedece y mata. ¿Por qué les pone un lazo en la muñeca a las víctimas?
-  (S) Para diferenciarlas de las víctimas que mueren por tropiezos terrenales, odio, fracasos…ya le dije que Dios era más duro que yo.
-      (M) Se equivoca, éste no es su estilo.

Marcos empezaba a sentirse exhausto. Las imágenes en el corcho vuelven la vida de un color indefinido. Cada chincheta sujeta una derrota, se confunden los latidos con la fe. Ahora queda encontrar la trastienda del corazón.

-      (M) Hemos encontrado los cuerpos, 5 para ser exactos. ¿hay más?
-      (S) Ese es su trabajo, no el mío.
-      (M) No se ajustan a un patrón…
-      (S)Todos se sientan en cuclillas y se apoyan en la pared ¿los ha visto alguna vez? Son los que  pierden nada más nacer.
-      (M) Y usted, los libera.
-      (S) Yo me adentro en el puente. ¿Usted qué hace?
-      (M) Protegerles de las alimañas.
-      (S) Cambie un suspiro y trastocará el mundo, aspire una sola lágrima y se le encharcarán los pulmones, ¡tiene que ser más fuerte que yo! entonces  me vencerá.
-      (M) ¿Por qué los humilla?
-  (S) La muerte es la muerte. Una vez muertos, no hay humillación posible, son ustedes los humillados cuando ven reflejada su incapacidad en los cuerpos. La noche perdurará y a las alimañas como yo, nos arrastrareis por inhóspitos parajes, cambiareis las señales para que no podemos llegar, aún así  el mal hará acto de presencia.
-    (M) ¡Cállese! ¡acabaré con usted!
- (S) No puede, ya ha aspirado demasiadas lágrimas, quizás su compañero Daniel, aunque aún no sepa cómo hacerlo.
-    (M) Puede apostar a que sí, no subestime la utilidad de los muertos. 


bequi

-     


sábado, 3 de agosto de 2013

¿cuántos muertos conoces?






¿Cuántos muertos conoces?

Era tan viejo como la noche. No fue siempre así. Surgió de las experiencias, no sabio, tan solo herido, herido de muerte. Viviendo se consumió y llegó a formar parte del silencio y de la oscuridad, fundiéndose con la noche y con los que en ella habitan.- ¿Era un presentimiento? ¿Cómo contar un presentimiento?

No lo sabía. Siguió duchándose y se apresuró a no llegar tarde. Salir de viaje, no pillar tráfico, las caravanas eran interminables y había pocos días para disfrutar.

El coche, un dos caballos de no muy buena presencia, era el medio de transporte para recorrer trescientos kilómetros. No llevaban una hora de camino cuando un poco más adelante, en el otro lado de la carretera, avistaron tres coches volcados. La gente detenía los vehículos para pedir ayuda y transportar a los heridos. Se bajaron del coche pero no transportaron a nadie. Él se quedó en esa cuneta con el herido entre los brazos, lo sujetó toda la vida. El herido sólo le hizo una pregunta, ¿cuántos muertos conoces?
                                                                          
¿Qué hora era?, no podía ver el reloj, la posición en la que se encontraba se lo impedía. La imagen se repetía, ¿cuándo ha ocurrido?, no se acordaba, no oía nada, llevaban mucho rato o por el contrario, acababa de suceder. El herido le seguía mirando, decidió detener el tiempo, lo abrazó y comenzó a contar.


Rebeca Barrón


Ternura

Circunscribes el instante
consciente de la pérdida que supone el equilibrio establecido.
Con miedo al quebranto, consigues retener la bondad.
Apenas unos grados de aproximación conforman
la ecuación perfecta de la palabra, ternura.


                                                       Para Eva
bequi.

martes, 23 de julio de 2013

PORTAL 1







Hoy percibo el día diferente,
el banco del olvido ya está lleno,
paseo por las calles más pobladas
y no siento el agobio de la vida
por cerrar uno más de sus
evangelios.

Hoy siento que el día me dio una tregua
cerrando las puertas a mi paso,
marcando como en las siete plagas
una x con la sangre de mi huerto.

Hoy paseo por el alma y sus asuntos,
hoy no salgo,
por si el día ha sido un sueño.

Rebeca Barrón



EL PACIENTE

-Buenos días.
-Buenos días.
-¿Cómo va eso?.
-¿Qué quiere oír?.
-La verdad.
-Me muero.
-No exagere, a usted le gusta el drama.
-A mí me gusta la vida, doctor. Y la mía ha llegado a su fin.
-Veo que esta mañana tenemos el ánimo por las nubes.
-Usted no ve nada, nadie ve nada. Cada uno que entra por esa puerta huele a despedida. Ya no usan fragancias frescas, ahora las compran todos en el mismo sitio.
-¿Qué sitio es ese?.
-La tienda de las reconciliaciones y los agrados.
-Les juzga mal.
-Yo juzgo lo que quiero, que para eso el que se muere soy yo.
-Siempre ha sido igual, no ha cambiado nada.
-Siempre he sido yo, doctor, es lo mínimo que se le pide a una persona.
-¿Orgullo?.

-Dignidad.

Rebeca Barrón

viernes, 19 de julio de 2013

CHOPIN.




  



Es triste pensar que ya quedan pocas cosas que recordar. Eso sintió ella cuando deshojaba las rosas una a una. Con gran ternura las depositaba sobre el agua de la bañera. Su aroma le trasladaba a rincones en los que había sido inmensamente feliz. Pero el momento era otro. Recordaba los olores, los sabores, los colores que nunca más volvieron a rodearla. Poco a poco la casa iba tomando otro tono y olor a paz, a melancolía. Sin darse cuenta, había terminado el ramo de rosas. El agua estaba preciosa, pétalos rojos, blancos, azules. Luego, sin prisa, recogió las velas que tenía repartidas por la casa, las llevó todas al cuarto de baño, donde con gran delicadeza las encendió una a una. Sonaba Chopin. Recordó el mar, los largos paseos acariciando la arena de la playa, recordó el viento, la lluvia, el sol,  las lágrimas resbalaron por sus mejillas pálidas y suaves.  Quedaba poco a lo que mirar. Abrió todas las puertas de la casa. Se quitó la cinta que recogía su pelo, largo y ondulado. Mirando el espejo dejó deslizar su ropa por su cuerpo para recordar las caricias, los besos, el amor.  El amor...  palabra dolorosa y tierna. Cuna, cama y descanso… su música sonaba tan suave, tan melodiosa que le envolvía en finos copos de añoranza. La música, sigue la música, regalos, bailes, solo quería recordar las caricias. Despacio sumergió  primero el pie derecho, luego el izquierdo, se sentó en el borde de la bañera para mirar las rosas y sonreír a las velas, haciéndolas partícipes de su momento. Los pétalos se mezclaban mostrándole el movimiento más armonioso que nunca había sentido; ella acarició el agua dándole las gracias por ese instante de reposo. Con gran elegancia se deslizó por la bañera quedando totalmente sumergida. La música sonaba. Chopin: Wuttz in flut major op. 42, Waltz in A minor op. 34 no. 2.
La puerta de la casa se abrió y se escuchó un silbido, como siempre. La música seguía sonando, las rosas cubrían todo su cuerpo, las velas su alma. Un silbido más. La música seguía sonando. Chopin.


Rebeca Barrón


sábado, 23 de marzo de 2013

Bienvenida a Escritores en Red.

Este es tu Blog. Dentro de poco quedará enlazado en la Blogsfera de EnR y así todos podremos disfrutar de tu escritura.

¡Bienvenida!